El Comienzo

Mediados de noviembre…. Unos cuantos amigos y una conversación normal como tendríamos cualquier otro día con gente entre los cuales nos llevamos bien. No recuerdo en especial de que hablábamos, pero llegó María:

           -“Chicos, me ha dicho Amaya de participar en un proyecto a nivel nacional”

Y como quien no quiere la cosa, ahí estábamos, unos cuantos amigos, sin saber muy bien que queríamos ni que teníamos que hacer, pero si una posibilidad de hacer algo a gran escala, algo que se saliese de nuestra agotadora, asfixiante y constante rutina. La oportunidad de decir: “yo hice esto” “yo organicé lo otro”

El primer día fue como “¿por dónde empezamos?”: leímos las indicaciones y PUM, ideas, una por aquí, una por allá y unas grandes ganas que funcionaban como pegamento. Nos miramos todos y sin saber muy bien, todos habíamos captado el mensaje: Íbamos a darlo todo.